Fran: El camino hacia el autodescubrimiento personal

Fran: El camino hacia el autodescubrimiento personal

“No dejes que nada ni nadie cambie la percepción con la que ves el mundo, la manera que sientes y te expresas, porque eso es lo que te hace ser especial y único”
Mes del Orgullo LGBTQ, Amsterdam 2017
Mes del Orgullo LGBTQ, Amsterdam 2017
Fran Menendez

Escuchando Sargento de Hierro de Morgan de fondo comienzo estas líneas con las que sólo pretendo contar mi experiencia, ya que no voy a tratar de generalizar ni poner voz a nadie sino a mí mismo.

Si algo he aprendido a lo largo de mis 32 años es a intentar no compararme con nadie y seguir un camino guiado por mis propios valores, aunque no ha sido nada fácil. Único, especial y diferente son algunos de los adjetivos con los que me describía gente alrededor de mí cuando crecía; raro y marica eran otros menos simpáticos que también oía constantemente por esos largos pasillos del instituto que a veces no parecían tener fin y al que temía ir teniendo que hacer un ejercicio de conciencia gigantesco al levantarme cada mañana.

El instituto, ese sitio donde casi nunca encontré mi sitio y donde no me sentía parte de casi nada, salvo en ocasiones excepcionales y que gracias a unos “amarillos” hacía que mereciera la pena ir cada día. Todas esas asignaturas que me supongo que han servido de algo en mi vida aunque sea por cultura general, pero nunca encontré ninguna que me llenara salvo quizás filosofía porque me hacía reflexionar y plantearme situaciones desde puntos de vista diferentes. Habiendo estudiado Trabajo Social y habiéndome dedicado a esto durante los últimos 7 años creo que tiene sentido, al menos para mí.

Desde bien pequeño me sentí diferente al resto, que no mejor ni peor aunque en ese momento no lo supiera. No me gustaba el futbol ni las chicas de la misma forma que le gustaban a los chicos de clase, así que pasaba muchos de los recreos aislado comiéndome mi bocadillo con el resto de “discriminados” o con las chicas que siempre me recibían con los brazos abiertos, ya que parecía tener cosas más en común con ellas.

Mientras que se hablaba de chicas y del futbolista de moda entre clase y clase, yo estaba a “otras cosas”. Se me juzgaba por la forma de expresarme y por la forma en la que vestía a veces, y eso que intentaba no llamar la atención, pero siempre había alguien que veía ese “algo” diferente y lo utilizaba en mi contra.

Me costaba encontrar a referentes a los que seguirle los pasos o a los que admirara, ya que no me sentía reflejado en nadie, lo que hacía reforzar mis sentimientos de culpa e incluso de rechazo hacia mí mismo. Todo esto me llevo a percibir el mundo de una forma muy contemplativa y a aislarme en mi mismo ya que, sin quererlo, parecía llamar más la atención que el resto y no precisamente por ser el mejor de la clase, el que más ligaba o el más popular. Todos esos “punzones” en el estómago, sudores, miedo al entrar en clase, comer compulsivamente y a lo que en aquella época no le ponía nombre es a lo que hoy en día he sido capaz de nombrar como ansiedad y ataques de pánico.

El camino hacia el autodescubrimiento personal

Comencé a escucharme y a entender lo que sentía por dentro cuando me fui a la universidad y empecé a ver que había gente a la que también se les clasificaban como “diferentes” y “raros”.

Estaban cómodos en su propia piel. No tenían miedo de expresar sus opiniones alto y claro, aunque eso supusiera levantar espinas en los ojos más conservadores de los oyentes que se encontraban allí presentes en esos pasillos, igual de largos que los del instituto, pero en los que la luz brillante y resplandeciente que entraba por esos grandes ventanales parecía imponerse a las sombras y voces críticas.

Escuchar en las aulas las palabras igualdad y diversidad fue todo un descubrimiento, estudiar Psicología y Sociología me hizo entender y cuestionar todo mi sistema de valores al que hasta entonces consideraba que era el único posible. Vestir de manera “menos formal” y ponerme un
pendiente en la oreja no parecía ser motivo de burla, era simplemente eso, una característica más y una forma de expresión a la que nadie parecía darle importancia.

Concienciación de los derechos humanos de la comunidad LGBTQ en el trabajo - Londres, 2018
Concienciación de los derechos humanos de la comunidad LGBTQ en el trabajo – Londres, 2018

Vivir en el extranjero unos años más tarde fue un paso gigante en el que por primera vez me empecé a sentir que podía ser yo mismo y en el que empezaba un camino de aceptación por el que transito todavía a día de hoy. Convivir con gente de diferentes culturas, razas y países me hizo entender que todos somos a la vez iguales y diferentes y que el respeto y la tolerancia son dos valores que se tendrían que promover en los colegios e institutos al igual que la inteligencia emocional.

Cuestiónate todo si no encaja con tus valores y tu forma de vivir, ya que el arrepentimiento tiene una sombra muy grande

¿Sabes cuál es una de las cosas más importantes que he aprendido? Que esas personas que me hacían sentir mal y me rechazaban entonces estaban equivocadas porque no encajar en su visión del mundo no era mi problema, era el suyo, pero eso yo no lo sabía entonces y tarde mucho en darme cuenta.

Todas las historias forjan nuestro camino y carácter y, en mi caso, tengo un sargento de hierro al que tengo que tener vigilado porque me ayuda al mismo tiempo que me hace daño. Por una parte, no ha importado las veces que me han intentado hundir o he caído por mí mismo, me he vuelto a levantar, he aprendido una lección y he vuelto a luchar con más fuerza; por otra parte, esa tendencia a encajar en la norma establecida y ceder a lo que diga la mayoría por no crear polémica sigue presente y me machaco mucho por ello.

Buscar un equilibro entre ambas es mi lucha diaria pero bueno, cada uno tiene su lucha, ¿no?

Otras de las cosas que he aprendiendo a lo largo de este viaje es que ser diferente no es malo. No tengas miedo de ser la opción “otra” cuando rellenes un cuestionario porque ninguna de las opciones “comunes” encajan contigo. No te sientas mal si todavía no sabes ni quién eres ni qué te gusta, cada persona lleva un proceso y un ritmo de aprendizaje personal diferente y no está ni bien ni mal. Cuando nos comparamos con el resto es cuando empezamos a hacernos la zancadilla a nosotros mismos y nos impedimos crecer a nuestro propio ritmo. No dejes que nadie cambie la percepción con la que ves el mundo, la manera que sientes y te expresas, tu sentido del humor porque eso es lo que te hace ser auténtico. La gente que te quiere y te respeta estará siempre a tu lado sin importar si eres gay, lesbiana o fan de Star Wars, que por lo que dicen tiene su público. Si tener una etiqueta te ayuda a ser más feliz, póntela. Si por el contrario, no te gustan las etiquetas no te la pongas.

Yo soy GAY y esto lo pongo en mayúsculas por si no había quedado claro.

Me ha costado muchos años decirlo en voz alta sin sentir vergüenza, porque el miedo al que dirán siempre ha estado presente.

Día del Orgullo LGBTQ. Londres, 2018

Sé fiel a ti mismo y a tus valores e intenta no dejar que otros te digan como tienes que vivir y sentir, ya que esa responsabilidad es solo tuya. Después de tantos años reproduciendo posibles escenas y reacciones de mi familia y amigos al contarles quien realmente era, perdí el contacto con la realidad y, aunque hubo algún pedrusco por el camino, tengo la maravillosa suerte de haber contado y seguir contando en este maravilloso viaje con una gran cantidad de amigos y familiares. Aunque haya habido momentos difíciles, hemos crecido y aprendido juntos y lo seguiremos haciendo.

Para toda esa gente que tiene miedo a ser ellos mismos y que esas voces críticas no les dejan ver la realidad, yo tuve la necesidad de contarlo y otra gente no la tendrá y preferirá hacerlo de una forma más natural.

Esta fue mi historia. Escribir estas líneas no ha sido una tarea fácil ya que hay cicatrices que todavía duelen al echar la vista atrás, pero la diferencia entre el yo de 14 años y el de ahora son las herramientas de las que dispongo para superar cada obstáculo que se pone en mi camino y las que seguiré aprendiendo para enfrentarme a nuevas dificultades que vayan surgiendo. También seguiré luchando cada día con más fuerza para ser fiel a mis valores y a quien soy y también por defender y promover los derechos de la comunidad LGBTQ, y si a alguien eso le molesta, no se merecen formar parte de mi viaje.

Para terminar, me despido con algunas de las reacciones de gente cercana cuando decidí salir del armario y que, a día de hoy, me guían allá por donde voy:

“Para mi tu felicidad es la mía y hay que disfrutarla sin condiciones y sin modelos”

“Tú lo que tienes que pensar es en tu felicidad y lo demás fuera”

“Si tienes alguna duda ya sabes que te apoyo en todo, que no hace que cambie nada hacia ti y que me siento igual de orgulloso de ti que antes”

“Lo siento mucho por mi parte, por no haber o no saber cómo ayudarte para liberarte”

“Para mi sigues siendo el mismo y te apoyo al máximo, de verdad, y eres una persona muy valiente por ser orgulloso de cómo eres”

“Vas a ser muy feliz porque lo mereces y tienes todo mi apoyo y el de la familia”

“Siento mucho que lo hayas pasado tan mal hasta que lo has dicho. Sabes que para nosotros eres el mismo y nos tiene para lo necesites”

Al final no fue tan mal ¿no?

Un saludo para todos y todas

Fran

¿Qué te ha parecido la experiencia? Valórala
(Votos: 34 Promedio: 4.7)
Comparte ésta experiencia
Newsletter
Recibe e inspírate con las experiencias en tu correo
Fran Menendez
Comparte ésta experiencia
Newsletter
Recibe e inspírate con las experiencias en tu correo
Experiencias Relacionadas
Ups! Todavía no tenemos experiencias relacionadas en ésta sección. ¿Nos envías la tuya :) ?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *